¿Dónde están los GURÚS?

No se si habéis llegado a realizaros esta pregunta, pero desde hace un tiempo vengo fijándome en la ausencia de los llamados GURÚS de la estrategia empresarial y mediáticos en los medios de comunicación y seminarios o conferencias profesionales de nuestro entorno.

¿Qué ocurre? Yo he llegado a mi personal conclusión de que, no se si con el ocaso de la economía, desaparecen todos aquellos que nos contaban como había que ser y que hacer con el futuro del mundo empresarial pero que ninguno nos explicaba o desvelaba como hacerlo. Ante lo cual solo puedo volver a las recetas tradicionales tras analizar las empresas de éxito de los 60-70 y volver a reconocer los pilares básicos, dentro de la economía global de hoy en día, que debe respetar cualquier organización para crecer y ser respetada interna y externamente en el medio y largo plazo, independientemente de la situación económica local o mundial que nos afecte.

CLARIDAD.- que cada miembro de la empresa conozca y asuma su cometido y los resultados que debe obtener.

CAPACIDAD.- disponer de la tecnología y las capacidades humanas necesarias en cada momento.

COSTES.- ser eficiente en productividad y culturalmente austeros.

COHERENCIA.- dominar el arte de saber prometer para poder cumplir con clientes y empleados.

Estos cuatro pilares los deberemos adaptar permanentemente en base a diferentes herramientas de gestión claves.

La claridad a través de un cuadro de mando integral que priorice objetivos e indicadores estratégicos de todos los procesos clave de nuestra empresa, y que permita compartirlo según cada rol y ser herramienta de incentivos y desarrollo.

La capacidad, conociendo todos los valores internos de nuestra organización por trabajador, conocimientos y cualidades, que permitan adaptarnos a las necesidades y desarrollar al máximo el talento interno.

Los costes y productividad profundizando en la cultura de austeridad sin que ello sea freno a la inversión e innovación.

La coherencia, entendida y asumida por todos los miembros de la organización, exigiendo valores y comportamientos que generen confianza y credibilidad.

No olvidemos que más sabe el diablo por viejo que por diablo, sobre todo hoy en día donde los ciclos económicos son tan rápidos que parecen ni existir, debemos huir del seguimiento intensivo de las modas y aplicar con sensibilidad y evolución coherente aquello que ha funcionado siempre, y casi siempre unido con el respeto y los valores de nuestros equipos.