Todos tenemos dos yos o fuerzas antagónicas, uno es el falso, que sería nuestro ego o personalidad, relacionado con la ignorancia, la inconsciencia, el egocentrismo, la insatisfacción, el miedo, y el otro es el verdadero yo, nuestra verdadera esencia unido a la sabiduría, la consciencia, el bienestar, el amor.
Lo problemático y triste es que cada vez hay más personas que están desconectadas del segundo yo que popo a poco mermas los verdaderos valores que repercuten en la forma de pensar, vivir y relacionarse con los demás, lo que provoca un vacío interior esencial para vivir en paz.
Ese vivir desde el ego provoca provoca que la personas actúen movidas por el miedo, priorizando la supervivencia física y emocional y conseguir que la realidad se adapte a sus deseos con la peligrosidad que ello conlleva y ocasiona en los seres humanos a través de todas sus facetas de la vida. Desarrollando expectativas egoístas que llevan al malestar, la desconexión de la realidad y la necesidad constante de evadirse por medios artificiales y faltos de contacto real con el entorno presente.
Debido a la ignorancia ha prevalecido el ego, desde que se ha construido una sociedad competitiva, agresiva, avariciosa, superficial, vacía y continuamente insatisfecha, condicionando las nuevas generaciones en un claro espíritu de continuidad del establishment que nos rodea o conduce a un mundo del tener tan alejado del ser abandonado, de ahí la dificultad de tener verdaderos líderes humanistas.
Esto provoca que el hombre continúe siendo un esclavo cuando podemos trabajar el cambio a través de una educación basada en nuestra conciencia y que libere las creencias acumuladas, nunca una crisis económica puso tan evidente una crisis de conciencia.
Todos los grandes sabios de la humanidad, como Buda, Lao Tse, Jesucristo y la filosofía clásica han dicho lo mismo y hecho énfasis en aprender a trascender nuestro egoísmo y egocentrismo para que podamos ver a los demás y al entorno que nos rodea como parte de nuestro ser y de esta forma buscar la unidad, el ser uno, consciente y libre en el mundo que nos rodea fomentando la búsqueda de la verdad y del ser.
miércoles, 29 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
ALREDEDOR del LIDER
Cuanto mayor sea el talento de los subordinados menos proclives serán a seguir órdenes. Sino se tiene esto en cuenta, el directivo lo interpretará como una desobediencia o una afrenta, lo que en el fondo significa que no ha logrado llenar de respeto y confianza un nuevo cargo.
Es la hora de demostrar que se tiene carácter y capacidad para hacer lo correcto, comportamiento que repercute intensamente en los subordinados, que suelen prestar más atención a lo que el jefe hace que a lo que dice.
Hay una ley no escrita pero sí contrastada, según la cual cuanto más poder delega un líder, mayor es la influencia que ejercerá. Para un jefe crear una relación de confianza es animar a buscar ayuda cuando el nuevo directivo cree que la necesita, sin consecuencias negativas para el prestigio de nadie; significa ayudar cuando se debe y enseñar a ayudarse a sí mismo cuando no conviene que el jefe intervenga directamente. Supone crear una relación en la que el superior ganará enormes dividendos de influencia (confianza) y el nuevo directivo capitalizará una seguridad psicológica crítica en el desempeño de su responsabilidad. Para ayudar, como para gobernar, se necesita temple personal, respeto y cariño con el dirigido.
Quien dirige a los demás amparado en la confianza obtiene la entrega voluntaria de sus equipos, quienes socialmente integrados canalizarán su talento, pasión y voluntad hacia la generación de valor sostenible, dentro del paradigma de su coste, dificultad y tiempo de implementación.
viernes, 3 de julio de 2009
ACCIONES por INTENCIONES
Ante toda tormenta, por fuerte y dura que sea, seguro que podremos adaptar la orientación de las velas y el timón, o dejar de luchar contra las olas y esperar una nueva oportunidad, no olvidemos que hasta las tormentas más impresionantes acaban escampando.
En estas situaciones ante cualquier accidente o imprevisto es preciso analizar el problema, diagnosticar sus causas y barajar las posibles soluciones antes de decidir y actuar, es decir, no preocuparse de las dificultades sino ocuparse de ellas y evitar en lo posible abandonar el barco.
Trasladado a nuestros equipos a veces creemos que generan más dificultades que soluciones, pero debemos conciliar la diversidad de opiniones, preservar la necesidad de un reconocimiento individual primando la cohesión del grupo, e invertir mucho tiempo en conocer los sueños y temores de cada componente. Esa flexibilidad, esa diversidad unidas a las iniciativas y creatividad darán la energía necesaria para salir de cualquier tormenta.
Junto con todo ello deberíamos tener una serie de consideraciones o auto-reflexiones para llegar a buen puerto:
1.- No ser impulsivo ni veleta y finalizar todo lo que empecemos.
2.- Conocer y dejar que nos conozca nuestro equipo.
3.- Olvidarse del “yo soy así”, conocer nuestras emociones y controlar las reacciones.
4.- Soñar, ser proactivo, tomar la iniciativa.
5.- Abrir la mente, ser flexible, estar dispuesto al cambio para mejorar desarrollarse y crecer.
6.- Pregunta: sabrás mucho más y cometerás menos errores.
7.- Cuida la autoestima de tu equipo, di lo que hacen bien y reconoce lo que puedan mejorar.
8.- Escucha, de ello dependerá la confianza con quien te habla.
9.- Comunica con cuidado, cuida el tono, las formas, los gestos y la intensidad llegará con el contenido.
Las lecciones del camino son las que nos llevarán al objetivo, cambiando las intenciones por acciones alejando la tentación de retroceder. Lo bueno cuesta y el aprendizaje constante es una condición imprescindible para avanzar, sin olvidarse nunca de celebrar el éxito con y por los demás .
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