martes, 23 de diciembre de 2008

VISIÓN - IMAGINACIÓN


Si algo hay en común una empresa y una familia en su afán de progreso es que ambas tienen que ser conducidas con un sólido sentido de la realidad. La vida familiar provee del terreno sobre el que formar el carácter, no solo el de los hijos sino quizá el más importante, el de los padres. La formación del carácter en ese despuntar de la vida humana donde siempre nos encontramos a la familia como referente.

Los padres son los coachs por antonomasia del desarrollo de sus hijos con sus pros y sus contras, y en ese ambiente donde cuajará el carácter deberá respirarse amor o clima organizativo y sentimiento de empresa , si lo trasladamos al mundo empresarial. Esa constancia, fidelidad y trabajo en equipo, confianza y serenidad.

Plena confianza en la responsabilidad de cada uno es lo que hace crecer la familia y sus componentes, asi como la empresa y sus valores. Esa sólida estructura donde sus puntales partan del tener significado, compartir, mandar como herramienta para servir a los demás y convencer como comprender formarán la vía de desarrollo de las actitudes que nos llevarán a fortalecer el autogobierno de cada uno y sus equipos empresariales, lo cual dará su fruto en la madurez como primer pilar del liderazgo.

Si se desean empresas potentes, competitivas, con visión, necesitamos líderes de una pieza, tanto técnicamente como con una experiencia y sabiduría humana fruto de sus pilares internos y externos a la empresa, de los que emana esa inteligencia emocional de siempre.

Ese entorno ético donde poder desarrollar las aptitudes con la solidez necesaria para un equilibrado desarrollo es el que dará la base de los líderes que saben disfrutar con su trabajo y con el de los que le rodean, entreteniéndose sin miedo a innovar, usando todas las herramientas disponibles a su alcance e ideando nuevas utilidades de las mismas, dentro de la diferentes facetas posibles del ser humano. Con la espontaneidad de un niño en el mejor entorno y de esta forma emprender como base de la aportación de valor y el desarrollo personal, con cada componente físico y psíquico de su empresa sin rechazar per se ningún elemento a su disposición, sin miedo a equivocarse o ser castigado.

Debemos continuamente animar a la aportación y generación de nuevas ideas aunque no sirvan para nada, alguna habrá buena para hoy o para mañana.

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