viernes, 17 de abril de 2009

La RESISTENCIA


Siempre pensamos que el dolor pasará de largo en nuestra vida, sin querer observar la realidad de todo ser humano en su evolución por las edades de la vida como conquistas temporales en busca de la felicidad, unido a nuestro espejismo de seguridad en la sociedad actual donde casi queremos evitar algo tan natural como la vejez y la enfermedad.

A veces obviamos la felicidad de otros momentos por pequeños que sean hasta que el dolor de la enfermedad llega a nuestra área vital. Son tales las sensaciones de incertidumbre y debilidad cuando nos llega la hora de soportar la enfermedad, provocada por causa natural o accidental, que siempre queremos justificarlo con alguna causa externa inmediata o con el ojalá no hubiera estado o pasado por allí.

Sólo cuando llega el momento podemos reconocer que la verdadera felicidad se basa en la ausencia de dolor físico y psíquico junto con el disfrute de lo que se tiene, pero por otra parte abre la puerta a otro de los aspectos clave de nuestra existencia como seres humanos, la resistencia.

Estas calamidades nos enseñan nuestra asombrosa capacidad de resistencia y adaptación que provocará y debe provocar nuestra fuerza de regeneración, de reescribir la realidad y reconstruirla, de ser más que de tener.

Debemos concentrarnos en nuestra capacidad de seguir adelante, de respirar y volver a encender una luz en las sombras con nuestro pulso continuo, es lo que nos ha hecho triunfar como especie.

3 comentarios:

  1. Hay pueblos que curtidos en la invasión, se fortalecen con mitos y leyendas; en Irlanda cunde este ejemplo, el shamrock, como se conoce al trébol irlandés de tres hojas, la fe, la lealtad y la lucha, tres rasgos que definen a cualquier buen irlandés. Es el mestizaje de un símbolo y una filosofía de vida que nos hace fuertes.

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  2. Grande, grande y grande!!!

    Sí señor!!
    Olé, olé y olé!!
    Eso es, resistir, combatir, luchar ...algo que no nos puede quitar nadie.

    Un abrazo.

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  3. ¡Lo que no me destruye me hace más fuerte! dijo Nietzsche y seguía: "soy como el arco, cúanto más me tenso y más privaciones recibo más lejos alcanzo".

    Siempre aprendemos más de los momentos duros que de la placidez. Avanti¡¡¡

    Un abrazo¡¡¡

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